
Durante muchos años, las pantallas curvas han estado haciendo pequeñas apariciones en todas las ferias de tecnología, especialmente en las orientadas a la telefonía móvil. Sin embargo, no fue hasta finales del pasado año 2013 cuando pudimos ver los primeros móviles comerciales con pantallas curvas. Entre ellos se incluye el LG G Flex, terminal con el que hemos pasado unas semanas y hemos podido analizar a fondo. ¿Merece la pena este LG G Flex? ¿Qué ventajas e inconvenientes aporta su pantalla flexible y curva? En este análisis lo podrás descubrir.No es un secreto para nadie que el mercado actual está muy saturado. Con Android y iOS dominando el mercado con claridad; Windows Phone haciéndose poco a poco con cuota de mercado a base de talonario; y el resto de plataformas (BlackBerry, Firefox OS, Ubuntu Touch OS...), o bien pierden cuota de mercado trimestre tras trimestre, o se mantienen estáticas, sin crecimiento.
Es por esto por lo que las compañías de este sector tienen que diferenciarse si quieren seguir creciendo, evitar el descenso o, simplemente, mantener el mismo lugar que ocupan en la actualidad. Esta necesidad por diferenciarse ya la pudimos ver en 2013, con apuestas arriesgadas por parte de HTC (con su cámara Ultrapixel y su sistema de sonido BoomSound), de Nokia (con su Lumia 1020 y sus 41 megapixels) y, como no, de Sony (con sus terminales de gama alta rugerizados).
Con este LG G Flex, los asiáticos de LG pretenden precisamente eso: diferenciarse. No hay ningún otro smartphone con pantalla curva y flexible en el mercado (a excepción del Galaxy Round, que no se comercializa aún), y eso puede ser un atractivo bastante bueno. Sobre todo si tenemos en cuenta que estas pantallas flexibles y curvas parece que serán el futuro de la telefonía móvil –salvo que ocurra algo similar a lo que ocurrió con el 3D hace un par de años, claro.
Pero, más allá de la diferenciación y de lo que pretende la compañía con este dispositivo, ¿qué ventajas aporta un panel curvo y flexible? ¿Realmente merece la pena desembolsar entre 700 y 800 euros por este LG G Flex? ¿Serán las pantallas curvas otro fracaso como el 3D? Tome asiento, prepare sus palomitas y su bebida (como si de un cine se tratase) y comience a descubrirlo en esta reseña a fondo del LG G Flex.## Diseño y acabados
Enorme. Eso esa es la primera palabra que se viene a uno a la cabeza al sostener el LG G Flex en la mano. Hablamos de un dispositivo con un panel de 6 pulgadas, lo que implica que sus dimensiones, a pesar del excelente trabajo realizado por LG con la reducción de marcos y la pantalla curva, son de 160.5 x 81.6 x 8.7 mm. Para que se hagan una idea, las dimensiones de un Samsung Galaxy S4 son de 136.6 x 69.8 x 7.9 mm y las del Samsung Galaxy Note 3 son de 151.2 x 79.2 x 8.3 mm.
No obstante, y a pesar de sus grandes dimensiones, el LG G Flex es más cómodo de usar que terminales de dimensiones similares. ¿Las razones? Básicamente la curvatura. Y es que gracias a ella es más fácil llegar a las partes superiores de la pantalla con una mano (algo que es posible si tienes manos grandes como es mi caso). Asimismo, LG ha reducido al máximo los marcos de la pantalla, lo que, junto con los redondeados bordes de las esquinas y la ya citada curvatura, también colabora a esa mejor ergonomía del dispositivo.
Situar los botones en la parte trasera es todo un acierto
Otro punto destacable respecto al diseño del LG G Flex es la posición de los botones. La compañía asiática ha decidido continuar con la estrategia iniciada en el LG G2 y ha situado los botones de este LG G Flex en la parte trasera. Eso sí, con algunas pequeñas modificaciones que hacen que sea más fácil ubicar y pulsar estos botones de lo que lo era inicialmente en el LG G2. Pero, a pesar de esa mejoría, ¿es acertada esta apuesta de LG? En mi opinión, sí, especialmente en un terminal con unas dimensiones tan grandes. Es cierto que resulta difícil acostumbrarse al principio, pero una vez lo haces, resulta extremadamente cómodo. Además, combinado con la función Knock de LG (que permite desbloquear y desbloquear el dispositivo mediante un doble tap en la pantalla), no tendremos problemas al desbloquear el dispositivo cuando este está sobre una superficie plana.
También merece mención especial la cubierta trasera del LG G Flex, la cual, según comentan en LG, cuenta con propiedades "autoregenerables", lo que implica que, en caso de arañazos menores, la parte trasera es capaz de autorepararse. Ojo, hablamos de arañazos menores como pueden ser los causados por el roce de las llaves en nuestro día a día o al posicionarlo sobre una superficie rugosa, no de incisiones que hagamos con un cuchillo o similares. Es una protección más, sí, pero no esperemos que esta tecnología haga de este LG G Flex el móvil de Chuck Norris.
En cuanto a feeling, el terminal resulta bastante cómodo en la mano (teniendo siempre en cuenta su tamaño, obviamente), y el acabado suave de la parte trasera deja una sensación bastante agradable. Estéticamente es bastante atractivo, aunque, personalmente, me hubiera gustado ver materiales más premium como el aluminio o el cristal. No obstante, el empleo de esos materiales es incompatible con la flexibilidad de este LG G Flex, por lo que es comprensible que no se hayan empleado en la fabricación de este dispositivo.
El único momento en el que no resulta cómodo este LG G Flex es cuando lo introducimos en el bolsillo. Y es que, al problema que ya supone llevar un dispositivo de 6 pulgadas (que no cabe fácilmente en los bolsillos "estándar"), debemos de añadir el problema de la curvatura de dicha pantalla, que hace que, en caso de llevar pantalones ajustados, pueda resultar incómodo.
Por último, la ubicación de los diferentes elementos es bastante acertada. El jack de 3.5 milímetros en la parte inferior junto al micrófono y el puerto microUSB es, sin duda la posición más acertada parar estos elementos; los botones de bloqueo y volumen, tal y como he dicho antes, es un acierto ubicarlos en la parte trasera en un terminal de estas dimensiones; y por último, los dos LEDs de notificaciones (uno dentro del botón de bloqueo y otro en la parte frontal), hacen que no pase desapercibida ninguna notificación independientemente de cómo se encuentre el dispositivo.
Así pues, podríamos resumir el diseño y los acabados del G Flex con una frase: "prima lo funcional y la comodidad". Todo se ha hecho de forma que el terminal resulte cómodo y funcional a pesar de su gran tamaño, y eso se aprecia en todo momento, desde la pantalla curva hasta los botones traseros. Pero no me malinterpreten, eso no significa que LG no haya cuidado los acabados ni la estética de este LG G Flex, de hecho resulta bastante atractivo visualmente. No obstante, si tuviera que nombrar un top 3 de dispositivos por su apariencia estética, claramente este no estaría entre ellos (y probablemente tampoco en el top 5, aunque sí en el top 10).
Pantalla
El LG G Flex cuenta con un panel de 6 pulgadas P-OLED (P de plastic, que es el material del cual está hecho el panel del G Flex) con una resolución de 1280 x 720 y 245 pixeles por pulgada. Su brillo máximo es de unos 300 nits, y la eficacia de la distribución del mismo es, aproximadamente, del 96%, lo que es una cifra excelente teniendo en cuenta que el 100% sería la perfección.
LG permite recalibrar la saturación de los colores vía software
En cuanto a reproducción de colores, basta con decir que este LG G Flex monta un panel con tecnología OLED para saber cómo se comporta este panel en este aspecto. Y es que, al igual que otros paneles OLED (véase por ejemplo las pantallas AMOLED de Samsung), este panel tiende a saturar los colores por encima de lo habitual. No obstante, si no es de su agrado ese exceso de saturación, podemos recalibrar la pantalla desde los ajustes del teléfono, donde encontramos tres modos con diferentes niveles de saturación.
El ratio de contraste de este panel es prácticamente infinito. Esto se traduce, por ejemplo, en negros totalmente puros, más incluso que los paneles AMOLED de Samsung. De hecho, si abrimos una imagen negra a pantalla completa en el LG G Flex, parecerá que la pantalla del mismo está apagada. No emite ni una pizca de luz, lo que es sin duda toda una hazaña.
El brillo máximo del LG G Flex, como ya cité anteriormente, es de 300 nits, una cifra considerablemente inferior a otros dispositivos de gama alta. En principio, esto debería de influir negativamente en la visibilidad en exteriores del panel, pero nada más lejos de la realidad, el LG G Flex se comporta francamente bien bajo la luz solar. No está entre los 3-5 mejores en este sentido, pero sí está por encima de la media.
La curvatura de la pantalla, a pesar de que cuenta con varias ventajas, también tiene bastantes inconvenientes (algo que no debería de extrañarnos teniendo en cuenta que es uno de los primeros paneles curvados que se comercializan en masa. Estos son:
Ángulos de visión: cuando giramos lateralmente el panel del LG G Flex, se aprecia un ligero tono azulado en la pantalla, especialmente cuando el fondo es blanco. Probablemente pase desapercibido para la gran mayoría de usuarios, pues la variación de color es mínima, pero está ahí.
Reflejos bajo luz directa: aunque el panel se ve francamente bien cuando nos encontramos en entornos luminosos, el contar con un cristal curvo provoca que, en caso de que la luz incida directamente hacia este, se cree un reflejo sobre el cristal que impide ver con claridad la imagen mostrada por la pantalla. Insisto: solo cuando la luz incide directamente hacia el panel, no cuando nos encontramos en entornos luminosos. Es algo comprensible teniendo en cuenta la curvatura del cristal, pero debería de ser corregido sin lugar a dudas en futuras versiones de este LG G Flex (u otro smartphone con pantalla curva-flexible).
Por último, en lo que a resolución se refiere, nos encontramos con "solo" 245 ppp y 1280 x 720, unas cifras notablemente bajas teniendo en cuenta que todos los smartphones de gama alta actuales montan pantallas Full HD –e incluso 2K, como en el caso del Oppo Find 7. Es cierto que en determinadas ocasiones se aprecia esa falta de resolución (sobre todo en textos), pero, en el día a día, la realidad es que apenas he echado de menos un panel Full HD. De hecho, muchas de las personas a las que he mostrado el LG G Flex (con algunos conocimientos sobre esta materia) no creían que fuese un panel "solo HD".
Software y rendimiento
La capa de personalización que LG incorporaba en sus terminales nunca fue especialmente buena. En 2011, por ejemplo, nos encontrábamos ante una capa de personalización lenta y horrorosa en términos estéticos. En 2012, con el LG Optimus G, la compañía dio un salto y mejoró ambos aspectos, especialmente la velocidad de la misma. En 2013, la acabaron de refinar con el LG G2, donde encontrábamos una capa de personalización con muchísimas opciones útiles, muy rápida y práctica. Sin embargo, seguía pecando en un mismo aspecto: la apariencia estética.
Con el LG G Flex, muchos teníamos la esperanza de que LG mejorase la interfaz y corrigiera algunos pequeños detalles molestos que vimos en el LG G2. Y, aunque eso precisamente lo que han hecho, esas modificaciones no han resultado ser tan profundas como deberían de haber sido, lo que nos deja una sensación agridulce al usar el LG G Flex.
La interfaz de usuario sigue siendo el gran problema de LG
Más concretamente, LG ha incorporado en el LG G Flex un nuevo pack de iconos, los cuales, aunque son más atractivos que los que vimos inicialmente en el LG G2, siguen siendo mejorables. Lo mismo ocurre con el diseño de las aplicaciones del sistema, el cual ha sido ligeramente refinado pero sigue sin estar al nivel que se espera en un smartphone de gama alta como este LG G Flex.
Dejando a un lado la apariencia estética, el software que incorpora LG resulta bastante útil y práctico, especialmente funciones como:
- QuickRemote: haciendo uso del puerto infrarrojos de la parte trasera, con QuickRemote podremos controlar todo tipo de aparatos electrónicos. Desde TVs hasta aires acondicionados, proyectores, etc. Eso sí, dependerá de nosotros utilizarlo para buenos fines o, como en mi caso, para trollear a amigos y familiares.
- KnockOn: tal y como vimos en el LG G2, con KnockOn podremos bloquear y desbloquear el dispositivo simplemente haciendo una doble pulsación sobre la pantalla, lo que es realmente cómodo, especialmente ene un terminal de grandes dimensiones como el LG G Flex.
- Operación con una mano: teniendo en cuenta el tamaño del dispositivo, LG decidió montar una serie de opciones que pretenden mejorar el uso con una sola mano del LG G Flex. Entre muchas otras, se incluye el desplazamiento del teclado y los botones virtuales hacía un lateral para poder llegar fácilmente con el pulgar.
- Posibilidad de personalizar los botones táctiles: en ajustes podremos elegir diferentes distribuciones de botones táctiles, adaptando así más el dispositivo a nuestro patrón de uso.
Como estas encontramos un sin fin más de funciones, aunque no todas ellas funcionan correctamente o son útiles en nuestro día a día (véase Slide Aside).
Como último detalle respecto al software, este LG G Flex viene de serie con Android 4.2.2 Jelly Bean, pero, afortunadamente, justo mientras escribo estas líneas, LG ha anunciado el lanzamiento de Android 4.4 KitKat para el LG G Flex, por lo que su anticuada versión de Android ya dejará de ser un problema.
En lo que a rendimiento se refiere, este LG G Flex es capaz de mover todo como la seda: desde tareas sencillas como navegar por la web, multitarea y similares hasta juegos exigentes como Asphalt 8, GTA San Andreas, Real Racing 3 y Modern Combat 4. ¿La razón? Además de la buena optimización del software realizada por LG, el responsable de este excelente rendimiento es el SoC Qualcomm Snapdragon 800 MSM8974-AA que incorpora en su interior. Concretamente, este SoC incorpora una CPU Quad-Core con núcleos Krait 400 a 2.26 GHz, una GPU Adreno 330 a 450 MHz, está fabricado 28 nanómetros y cuenta con soporte para redes LTE, memorias LPDDR3 de hasta 800 MHz, Bluetooth 4.0 y Wi-Fi n/ac (2.4 GHz y 5 GHz). En otras palabras: uno de los SoCs más potentes y completos que podemos encontrar en la actualidad, solo superado por los Snapdragon 801 de la nueva generación de smartphones de 2014.
Este SoC se combina con 2 GB de RAM, un duo más que solvente para mover los contenidos en este LG G Flex. De hecho, gracias a su pantalla de menor resolución (HD vs. Full HD como en el resto de smartphones de 2013), este LG G Flex es capaz de ofrecer algo más de potencia que sus principales rivales. De hecho, en benchmarks como AnTuTu supera a Samsung Galaxy Note 3, LG G2 y HTC One (2013), tres de los smartphones más potentes del momento.
Cámara
Durante el año 2013, la tendencia fueron los sensores de 13 megapixeles (aunque hubo algunos como HTC o Nokia que se desmarcaron tanto a la alza como a la baja). Con este LG G Flex, la compañía asiática no ha querido arriesgar y ha seguido esa misma tendencia incorporando un sensor Exmor RS BSI de 13 megapíxeles. El mismo sensor que encontramos en el Samsung Galaxy S4 y en el Sony Xperia Z, por ejemplo. A este le acompaña, como era de esperar, un flash LED.
A diferencia del LG G2, este LG G Flex no incorpora estabilización óptica de imagen (OIS), algo que influirá en los resultados de las fotografías que toma este LG G Flex, especialmente en condiciones de baja luminosidad. Y es que, al no contar con estabilización óptica de imagen, el terminal no puede aumentar en exceso el tiempo de exposición, pues las fotografías saldrían "movidas". En cambio, sí aumenta la ISO, lo que, en situaciones de luz escasa, se traduce en un mayor ruido en la foto. Para contrarrestar ese ruido, LG hace un procesado de la fotografía bastante agresivo, el cual elimina detalle y nitidez de las fotografías. Las diferencias no son excesívamente grandes respecto al LG G2, pero son apreciables, sobre todo por aquellos que utilizan intensívamente la cámara de su teléfono móvil.
Se echa de menos la estabilización óptica de imagen
Cuando las condiciones de luminosidad son aceptables, el LG G Flex es capaz de tomar unas fotografías bastante aceptables, con un nivel de detalle muy bueno y unos colores bastante vivos. Eso sí, el software de procesado de fotos a veces aumenta en exceso el contraste de las fotografías, algo que, en determinadas ocasiones, provoca que las fotografías no "luzcan" tan bien como deberían. No obstante, ese pequeño problema debería de poder corregirse con futuras actualizaciones de software, pues se debe puramente al software de procesado y no al hardware.
Para finalizar, en cuanto al sistema de enfoque (tanto software como lentes), se comporta perfectamente en la mayoría de ocasiones, incluso en fotografías en modo macro y en baja luminosidad, algo de lo que pocos pueden presumir.## Autonomía y sonido
En 2013 hemos visto un salto importante en la autonomía de los smartphones Android. Y precisamente LG fue una de las que lideró ese salto con su LG G2, uno de los smartphones de gama alta con mejor autonomía del pasado año. Así pues, en este LG G Flex, todos esperábamos que la historia se repitiese y encontrásemos, de nuevo, una autonomía "épica". Pero ese no es exactamente el caso.
La batería de 3.500 mAh del LG G Flex es capaz de proporcionar una gran autonomía, superando fácilmente el día con uso moderado y aguantando una jornada completa de unas 17 horas con uso intensivo. Sin duda son unas cifras muy buenas, las cuales están al mismo nivel que sus rivales más cercanos. No obstante, son algo algo inferiores a las del LG G2, donde se pueden extraer algunas horas extras (unas tres o cuatro) siguiendo exactamente los mismos patrones de uso.
¿Por qué ocurre esto? Probablemente la razón principal sea la diferencia de pantalla. En el LG G Flex encontramos un gran panel P-OLED de 6 pulgadas con resolución HD, mientras que el del LG G2 es un panel Full HD IPS de 5.2 pulgadas. Es decir, más tamaño y, además, una tecnología con un consumo medio mayor de lo habitual –recordemos que las pantallas OLED consumen menos cuando son imágenes oscuras, pero con tonos claros y vivos el consumo se dispara en comparación con otros paneles–.
En conclusión, es una autonomía muy buena, pero algo por debajo de la que vimos en el LG G2, la cual, como muchos de mis compañeros han calificado en reiteradas ocasiones, era "épica".
Por último, en lo que a sonido se refiere, este LG G Flex ofrece un nivel de decibelios más alto que la media, así como un sonido bastante rico. Obviamente queda lejos del sistema BoomSound incorporado en los HTC One, HTC One M8 y HTC One Mini, pero sí está aproximadamente al mismo nivel que el Samsung Galaxy S4, por ejemplo. La única queja en este sentido, al igual que ocurre en muchos otros terminales, es la posición del altavoz: zona inferior de la parte trasera, lo que provoca que se ahogue con facilidad a pesar de la ligera curvatura del dispositivo. 8Este LG G Flex me ha sorprendido. Cuando comencé a probarlo no creía en las virtudes de las pantallas curvas-flexibles, pero tras usarlo durante un tiempo, he comenzado a descubrir muchas de sus posibilidades. No es que sea the next big thing, pero, en una era en la que las pantallas de los teléfonos móviles son cada vez más grandes, estos paneles curvos tienen mucho que decir, pues, a pesar de ese gran tamaño, facilitan considerablemente el uso del terminal gracias a esa curvatura.
Dejando a un lado su característica principal, este LG G Flex es simplemente un LG G2, tanto para lo bueno como para lo malo. Es rápido, fluido, cómodo (dentro de los márgenes de comodidad que permite un terminal de 6 pulgadas, claro) y cuenta con una muy buena autonomía. Sin embargo, LG necesita pulir algunos aspectos como la interfaz de usuario (a nivel estético, sobre todo) y el software de la cámara, dos aspectos que, junto con la resolución de su pantalla ("solo" HD), dejan a este LG G Flex ligeramente descolgado de los topes de gama.
Es un gran terminal y una excelente compra, tal y como hemos ido viendo a lo largo de este análisis, pero su elevado precio y algunos pequeños fallos citados a lo largo de esta reseña dejan claro que este LG G Flex es solo el primer paso hacia esta nueva generación. Es decir, aún deben de pulirse algunos aspectos hasta que los smartphones flexibles y curvos se asienten y estén al mismo nivel que los smartphones "estándar". Pero eso no es un mal síntoma; de hecho es todo lo contrario, pues, si con esta primera generación han logrado crear un smartphone tan completo, puede que con el futuro LG G Flex 2 no haya dudas y se sitúe al mismo nivel que el resto de dispositivos del mercado. No obstante, aún tendremos que esperar para comprobarlo.- Buena autonomía. - Rápido y fluído. - Carcasa autoregenerable resistente a arañazos. - Cómodo (teniendo en cuenta su tamaño).- LG necesita mejorar urgentemente la estética de su interfaz. - Los paneles curvos necesitan mejorar en algunos aspectos. - El software de procesado de la cámara (solucionable mediante una actualización).