
LG vuelve a la carga con un mercado tan saturado como el de las tablets, tras haberlo intentado con resultados mediocres hace un tiempo. ¿Qué tal le ha ido en su regreso? ¿Es recomendable valorar la compra del LG G Pad 8.3? Depende. En junio de 2012, LG daba por terminada su andadura en el mercado de los tablets. Apenas duró un año en él, pero los resultados fueron tan malos que nadie lloró su marcha. Tampoco era tan extraño. El primer iPad marcó al resto el camino a seguir, pero costó dar en el clavo para los fabricantes Android. LG desde luego fue de estos últimos: sus modelos eran gruesos, con pantallas frustrantes y valores añadidos bastante pobres, como el de la grabación y reproducción de contenidos en 3D.
Más de un año después, LG anunció su vuelta a este terreno de juego. Con la lección aprendida, y un largo período para repensar su propia interpretación de cómo debe ser una tablet, LG volvió con un tamaño único, cercano al tamaño que inauguró el iPad mini y fue continuado por el Samsung Galaxy Note 8.0, el de las 8 pulgadas. En el caso de LG, 8,3 pulgadas que darían nombre a su nueva tablet.
Sobre el papel, y viendo su aspecto, desde luego lucía bastante mejor que todas sus predecesoras juntas. Pero quien escribe estas líneas se ha llevado tantas decepciones tecnológicas que no podía sino, como mínimo, ser escéptico. Con este historial tomé en mis manos por primera vez la protagonista de esta historia, la LG G Pad 8.3. Y aquí es donde cuento mi experiencia con ella.
Diseño: agradable, bien construida
Mentiría si dijese que la LG G Pad 8.3 me parece la tablet más bonita del mercado. Más bonita que, por ejemplo, el iPad mini. Pero sí cumple bastante bien en el apartado estético. La cara frontal es un déjà vu para quienes tuvimos el LG G2: marcos finos, pantalla ocupando un gran porcentaje, esquinas redondeadas, cámara y sensor de proximidad, logo de LG, y nada más. En el modelo blanco, el que LG nos ha cedido para la reseña, me parece más bonito que el negro.
La parte trasera combina policarbonato blanco con aluminio, es bastante agradable y da mayor sensación de calidad que si fuera íntegramente de policarbonato. Algo importante: tamaño. Más allá de tamaño de pantalla, a lo que va íntimamente ligado. La mayoría de tablets Android están en las 7 pulgadas, otras en las 10. LG ha optado por el camino intermedio, al estilo iPad mini, con 8.3 pulgadas. Definitivamente, creo que las ~8 pulgadas son el tamaño perfecto para una tablet, en cualquier caso una cuestión subjetiva. Lo cierto es que se hace realmente agradable en las manos, es casi adictivo cogerla y usarla.
Pantalla: sólo le falta más luminancia
LG se ha encargado de poner en valor sus pantallas en los últimos tiempos. En IFA 2013, de hecho, promocionaron la de su LG G2 poniéndola a prueba junto a las del Galaxy S4 y la del iPhone 5 (aunque sin mencionar específicamente que eran éstas). La del LG G Pad 8.3 va en una línea similar: resolución Full HD y una nitidez espectacular, incluso para leer artículos. Ver vídeos en ella es una experiencia óptima.
Para variar en una tablet Android, su proporción es panorámica 16:10, lo cual valoro para ver películas y vídeos pero no para navegar por la web o usar aplicaciones. Parece que la tendencia se va a mantener por un tiempo, quedando las tablets 4:3 (mejor en general, a mi juicio) reservadas a Apple con sus iPad.
Único punto flojo: el brillo máximo, de sólo 345 nits. En interiores su luminosidad es más que suficiente, pero en exteriores, bajo la luz solar o cielo nublado, flojea y echo de menos otras pantallas con mejor desempeño.
Rendimiento
En la inmensa mayoría de situaciones y usos, la fluidez que proporcionan los 2 GB de RAM y el Snapdragon 600 es perfecta y no nos lamentaremos porque se haya optado por un procesador más potente. Pero sí es cierto que en algunos puntos se nota una ligera falta de fluidez, de optimización por parte de LG de su software. Ocurre con algunas transiciones y sobre todo con las aplicaciones que más recursos exigen del sistema. Un Asphalt 8, por ejemplo, no siempre funciona como debería. No al menos como debería hacerlo en una tablet de mediados de 2013.
Sonido, cámara
Sonido: una pequeña decepción. Pese a que su volumen es suficiente y el sonido es estéreo, hay dos factores que lo estropean. El primero, la ubicación de los altavoces, en la carcasa trasera, que hace que si la tablet está en su posición natural, apoyada sobre una superficie plana como una mesa, o apoyada sobre las piernas, por ejemplo, el sonido quede algo silenciado. La solución hubiese sido ubicar los altavoces en el borde inferior junto al puerto microUSB o en la parte frontal, aunque esto esto hubiese comprometido el tamaño del dispositivo.
El otro problema, una mala calidad que viene de la reverberación al salir el sonido por las dos rejillas de aluminio. Se nota por ejemplo al ver una película en el LG G Pad 8.3, donde el sonido ha de estar al máximo o casi si queremos distinguir conversaciones o apreciar matices.
Cámara: ¿es importante una cámara en una tablet? La frontal desde luego sí, la trasera para mí no pasa de añadido, y no seré yo quien valore antes de la compra de una tablet la calidad de su cámara como un factor decisivo (todo lo contrario que en un smartphone). En cualquier caso, la cámara del LG G Pad 8.3 es bastante limitada, cubre lo mínimo: fotos para compartir en las redes sociales. No da para un uso que vaya más allá. En interiores el detalle es muy bajo y aparece ruido con facilidad. En buena luz es algo mejor y le cuesta mucho menos enfocar, pero su nivel de detalle y el grano que aparece indican que esta cámara no da para más.
[caption id="attachment_172345" align="aligncenter" width="800"] Foto en interiores, con baja luz. A la derecha, ampliación.[/caption]
[caption id="attachment_172346" align="aligncenter" width="800"] Foto en exteriores, con buena luz. Sigue apareciendo ruido en las zonas desenfocadas.[/caption]##Software: ¿mejora o empeora Android?
La intensa y desgraciadamente visual capa de personalización de LG debía de traer funciones extra para un dispositivo de 8,3 pulgadas si quería tener sentido. Esa siempre es mi principal petición a una tablet: que aproveche su tamaño. En ese sentido, Samsung ha demostrado ser consciente de cómo hacerlo, con herramientas como el S Pen (que aunque no uso, reconozco su utilidad) o con la pantalla dividida para mostrar varias aplicaciones. En el otro extremo, Apple, quien ha dejado iOS en el iPad sin añadir herramientas que aprovechen su tamaño respecto al iPhone.
Pero aquí hablamos del LG G Pad 8.3, quien sí ha incluido funciones especiales para una tablet, pero no de la mejor forma posible, o no al menos todavía. Lo hace principalmente mediante la función QSlide, que permite abrir ventanas de aplicaciones flotantes sobre el escritorio. El pequeño problema: que no sirve cualquier aplicación (comprensible) sino sólo una corta lista de aplicaciones nativas.
Un gestor de archivos, un cuaderno de notas, el reproductor de vídeos, el calendario... Hubiese estado bastante bien tener un YouTube y un cliente de Twitter, por ejemplo, para poder emplear ambas aplicaciones simultáneamente. No obstante, parece normal que esté en este estado cuando acaba de empezar, a Samsung por ejemplo le ha costado un tiempo implementar aplicaciones como WhatsApp en el multiwindow de TouchWiz.
Por lo demás, la capa de personalización ya sabemos que es, sencillamente, fea y ojalá se vaya actualizando y mejorando con el paso del tiempo. LG también ha incorporado algunas funciones extra, como la llamada Double Knock, una muy buena idea ya implementada en el LG G2 pero algo mal resuelta en el LG G Pad 8.3. A menudo, ese doble toque para desbloquear la pantalla no responde, y hay que insistir. En ocasiones, hay que desistir y pulsar el botón físico del lateral.8LG ha vuelto a la tierra en la que dejó muchas dudas de una forma bastante buena. No perfecta, pero más que razonable. El tono general para hablar del LG G Pad 8.3 es el de componentes bastante buenos pero con algunos matices que le hacen quedarse un pasito por detrás de la excelencia.
¿Qué necesitaría LG para alcanzarla en una futura nueva versión? Para empezar, una capa de personalización agradable a la vista (cuando no prescindir de ella en buena parte), pensar un poco mejor aspectos como el de sus altavoces o meter una pantalla más brillante que pueda ser más usable en exteriores.
Si tenemos en cuenta el tiempo que llevaba LG ausente en el mundo de las tablets, y lo mal parada que salió del anterior ciclo, la vuelta con el LG G Pad 8.3 es muy buena, entra de lleno en la lista de mejores tablets de 2013, y siembra una tierra prometedora para cosechar un producto aún mejor en este 2014. - Ligera, marcos finos, bonita: entra por los ojos y por el tacto. - Funcionamiento fluido en casi todos los usos. - La pantalla no es la tierra prometida, pero cumple bien.- Sólo tiene modelo Wi-Fi, sin conectividad móvil. - La capa de personalización. Esa capa. - QSlide es una buena idea con muy pocas aplicaciones usables. - Algunos juegos exigentes sí "rascan", no funcionan totalmente fluidos.